La distribución de los espacios y el mobiliario en el nuevo concepto de oficina flexible, ergonómica y colaborativa.
Bajo la idea del “open space” y de la metodología de trabajo “Design Thinking”, los responsables de ejecución y dirección de obra, ByE arquitectos, han construido la nueva nave industrial y oficinas de Focke Meler Gluing Solutions S.L., en el Área Industrial Arazuri-Orkoien (Navarra). Un innovador proyecto que ha sido declarado de interés foral.
ByE arquitectos ha confiado en nuestro equipo para la instalación del mobiliario de las oficinas por nuestra larga experiencia en el sector y por nuestras soluciones que se adaptan a las necesidades actuales que tienen las empresas.
En la actualidad, el mundo de las compañías busca espacios abiertos, ergonómicos y flexibles, esto es, entornos con espacios privados, de reuniones o de colaboración con el fin de dar respuesta a las actividades diarias que tienen los empleados. De esta manera, se logra mejorar el bienestar, comodidad y productividad de una plantilla. La nueva sede de Focke Meler es un claro reflejo de los beneficios que ofrecen este tipo de oficinas.
Hoy hablamos con Manuel Enríquez Jiménez, arquitecto de ByE arquitectos, sobre dos conceptos que hoy para las empresas son imprescindibles, la distribución de los espacios y el mobiliario. Ambos contribuyen en la mejora del día a día de la empresa y los beneficios que ofrece a los profesionales de la misma. Para ello, tomamos como ejemplo el caso de Focke Meler.
¿Cuáles han sido los motivos o la base para la distribución de los espacios?
La nueva construcción se configura a partir de dos áreas funcionales claramente diferenciadas, la zona de oficinas y la nave de producción, que en realidad se configuran como dos edificios independientes, unidos entre sí.
La configuración funcional exterior de la parcela hace que el edificio de oficinas cuente con 2 entradas peatonales, situadas en sus extremos, una para personal y otra para visitas, que se comunican interiormente mediante un distribuidor longitudinal, que se comunica directamente con las zonas de la nave de producción y sobre el que se apoyan los elementos de comunicación vertical.
La zona de oficinas propiamente dicha se desarrolla en dos plantas, primera y segunda, organizando las dependencias del programa de necesidades y diferenciando zonas de trabajo:
- Apoyándose longitudinalmente en toda la fachada Suroeste, se encuentran las áreas de trabajo en oficina abierta con la posibilidad de realizar diferentes agrupaciones de mesas y puestos en función del programa de necesidades previsto, y que pueden integrar también zonas de despachos y salas de reuniones.
- Hacia la fachada Noreste están las áreas de oficina cerrada: creando despachos y posibles salas de reuniones, también con diferentes posibilidades de configuración, así como elementos de servicio y circulación vertical.
Estas zonas se complementan con un área de acceso y recepción en planta baja, que incorpora también espacios de reuniones previas, o con visitas que no tienen que acceder a las zonas de trabajo propiamente dichas.
En esta planta baja se ubica también un área de show-room para clientes, así como espacios de formación, cantina de personal, gimnasio, etc.
¿Qué crees que puede aportar dicha distribución al desarrollo de las labores diarias de los usuarios?
Todas estas dependencias apoyadas en la fachada Noreste de plantas elevadas, conformadas por una batería de despachos, salas de reunión, áreas de servicio y núcleos de comunicación privados, actúan como áreas cerradas que favorecen el “colchón térmico” frente a las zonas de trabajo organizadas como oficina abierta, que se apoyan en la fachada Suroeste, con accesibilidad solar garantizada.
Desde el punto de vista funcional esta combinación de espacios abiertos y espacios cerrados da mucha flexibilidad a las áreas de trabajo y permite dar respuesta a las diferentes necesidades. Los espacios cerrados, todos ellos muy transparentes, aportan la privacidad acústica necesaria en algunas salas de reuniones y despachos mientras que los espacios abiertos, en los que se combinan zonas de trabajo tipo bench con espacios de reuniones más informales, permiten una constante interrelación entre el personal, tanto de un mismo departamento como de departamentos diferentes.
A su vez la ubicación de algunas zonas de reuniones en planta baja permite el atender a visitas que no es necesario que lleguen hasta las zonas de trabajo. Y lo mismo ocurre con las zonas de formación, que cuentan a su vez con la proximidad a las zonas de producción, lo que les da mucha flexibilidad.
¿Era necesario que los puestos de trabajo, reunión, comedor cumplieran algún requisito o función especial?
En las zonas de trabajo abiertas eran necesarios espacios multifuncionales que se adaptaran a diferentes ocupaciones y que permitieran acoger un número de puestos de trabajo variable. Esto se ha conseguido con las mesas corridas tipo bench que permiten, con pequeñas adaptaciones como son la incorporación de paneles fonoabsorbentes en las zonas de mayor atención telefónica, el dar respuesta a las diferentes necesidades, a la vez que dejan zonas en las que no marcan puestos de trabajo totalmente fijos, lo que cumple la condición de posible variabilidad en el tiempo.
A su vez las oficinas están pensadas con una previsión de crecimiento futuro y el incorporar este tipo de mobiliario permite el ir añadiendo nuevas piezas según necesidades y seguir manteniendo el orden previo establecido.
En las zonas de despachos se propone colocar una única pieza que sirviera tanto de mesa de trabajo como de mesa de reuniones, y es por ello que se optó por amplias mesas cuadradas que permiten realizar las dos funciones. Esto evita el tener que colocar dos elementos independientes que obligan a estar cambiando de mesa, en las cada vez más numerosas reuniones que se tienen constantemente.
¿Qué ha impulsado la elección del mobiliario Dynamobel para dar solución al proyecto?
De las diferentes opciones que se estudiaron creo que Dynamobel aportaba una solución integral a todas las necesidades planteadas, tanto por tener producto que daba respuesta a todos los usos previstos, como por el diseño de los mismos, con carácter propio pero muy adaptable también a las características de diseño del propio edificio.