Focke Meler se propuso el reto de realizar una nueva sede corporativa, con una importante inversión en sus más de 7.000 m2 construidos, donde prevé triplicar su producción y ser un referente en el tejido industrial navarro. Este es uno de los motivos para que esta obra de gran envergadura haya sido considerada proyecto de interés Foral.
La buena acogida del proyecto entre sus equipos de trabajo y equipo de dirección ha hecho que las delegaciones de Düsseldorf (Alemania) e Ingré (Francia) hayan sido equipadas de igual manera que la sede navarra.
Meler es una combinación de dos usos que en muchas ocasiones no existen pero que en este proyecto están muy equilibrados, que es la parte de oficinas con la industrial, dos áreas funcionales claramente diferenciadas que en realidad se configuran como dos edificios independientes, unidos entre sí.
ByE arquitectos han sido los creadores de este proyecto y su punto de partida fue:
“Nuestra idea, desde la concepción del proyecto, ha sido construir bajo el concepto “open space” teniendo muy presente también la “metodología Design Thinking” para ofrecer a todos los empleados espacios más colaborativos.”
La zona de oficinas se desarrolla en dos plantas diferenciando:
En las zonas de trabajo abiertas se querían espacios multifuncionales que se adaptaran a diferentes ocupaciones y que permitieran acoger un número de puestos de trabajo variable.
En las zonas de despachos se quería colocar una única pieza que sirviera tanto de mesa de trabajo como de mesa de reuniones, y es por ello que se optó por amplias mesas cuadradas que permiten realizar las dos funciones. Esto evita el tener que colocar dos elementos independientes que obligan a estar cambiando de mesa, en las cada vez más numerosas reuniones que se tienen constantemente.
Los espacios cerrados, todos ellos muy transparentes, aportan la privacidad acústica necesaria en algunas salas de reuniones y despachos mientras que los espacios abiertos, en los que se combinan zonas de trabajo tipo bench con espacios de reuniones más informales, permiten una constante interrelación entre el personal, tanto de un mismo departamento como de departamentos diferentes.
La ubicación de algunas zonas de reuniones en planta baja permite atender a visitas que no es necesario que lleguen hasta las zonas de trabajo. Y lo mismo ocurre con las zonas de formación, que cuentan a su vez con la proximidad a las zonas de producción, lo que les da mucha flexibilidad.
* Fotografía: Josema Cutillas. Imágenes cedidas por Focke Meler