La Llotja de Lérida es el equipamiento público más innovador de la provincia catalana que junto al Liceu de Barcelona y el Teatro Nacional de Cataluña, es el tercer equipamiento cultural catalán capaz de acoger cualquier espectáculo de gran formato.
Diseñado por la arquitecta Francine Houben, de la firma holandesa Mecanoo, que realiza su primera obra en España, supone además una operación urbanística notable, ya que revaloriza el margen derecho del río Segre con este proyecto ecológico y sostenible.
Buscando enraizar el proyecto en la memoria natural del lugar, el Centro de Congresos adquiere la imagen de una arenisca enorme actuando como intermediario entre la montaña Seu Vella y el río.
El emblemático edificio se levanta como un gran cuerpo arquitectónico, rodeado de un gran voladizo, modificando el perfil de la ciudad, además de aportar una nueva visión panorámica al establecer un diálogo visual entre su entorno, la colina de la Seu Vella y el río.
El amueblamiento del auditorio se resolvió con la butaca Prima tras un esmerado proceso de implantación caracterizado por la aplicación de color. El diseño estableció la colocación de butacas de cuatro colores diferentes con un predominio del color rojo anaranjado, salpicado por piezas en color violeta y granate.
Las condiciones acústicas de la sala definieron la butaca con asiento en acabado fonoabsorbente.
